Nuevos mediterráneos (I): «Aquella primera oración de hijo de Dios», escrito por Lucas Buch

El sentido de la filiación divina lo cambia todo, como cambió la vida de san Josemaría cuando descubrió inesperadamente ese Mediterráneo. «Son momentos, hijas e hijos míos, para adentrarnos más y más por «caminos de contemplación» en medio del mundo»[1]. Con estas palabras señala el prelado del Opus Dei una de las prioridades del momento actual. El apostolado de los cristianos es, hoy como siempre, «una superabundancia de nuestra vida interior»[2]. Por una parte, porque…