
Confesión, o cómo caer y engancharse de nuevo a Dios una y otra vez sin desanimarse jamás
El pecado sucede. Todos pecamos. Aquél que dice que no peca ya peca por mentir. Pero Dios nos ama hasta tal punto que nos perdona siempre. A pesar de todo, es cierto que puede venir el desánimo al percatarse de la debilidad de uno mismo. De ver que se está cayendo en lo mismo una y otra vez. Pero jamás hay que rendirse. jovenescatolicos.es